Como
ya he comentado anteriormente en nuestras sesiones, yo trabajo en una empresa
que inició con poco personal y ha ido creciendo en estos últimos 10 años, de
tal manera que no teníamos (y aun se tienen pocas) prácticas orientadas a
guardar la memoria institucional.
Grandes
ingenieros talentosos han pasado por la organización, que han dado empuje y han
sido parte importante de los avances que tecnológicamente hemos tenidos. Sin
embargo, han buscado oportunidades en otros lugares y se han llevado consigo la
mayor parte de sus conocimientos y know how y en ocasiones, se ha tenido que
empezar de nuevo.
A
partir de tres o cuatro años a la fecha, la organización se ha preocupado más
por este tema (tal vez sin hacerlo de forma explícita o conciente) pero por su afán
de mejorar la calidad de sus procesos y productos, la empresa ha optado por
buscar estándares y certificaciones internacionales en algunas de sus áreas.
Estos
modelos, metodologías y prácticas internaciones tienen de fondo el hecho de
documentar el conocimiento generado en los proyectos realizados y en los
procesos de la organización. Documentación como el qué y cómo se hará el trabajo,
quien lo realizará (perfiles y roles a realizar cada actividad), documentación
de las actividades requeridas para realizarlo, controles de cambios a lo planeado
y acciones correctivas, su seguimiento y resultados, lecciones aprendidas del
equipo involucrado, etc.
Sin
embargo, es algo aún en vías de aplicarse en el 100% de los proyectos de la
organización. Es bien identificado al día de hoy, los proyectos “con” y “sin”
documentación, pues nos hemos dado cuenta que es más fácil retomar uno con
documentación que uno sin documentación. Nos hemos dado cuenta que incluso al
dejar o pausar un proyecto, al momento de retomarlos es más fácil, incluso y se
hacen cambios en el equipo de trabajo que lo inició.
Así
como esto, hay muchas otras ventajas que hemos visto al dejar registradas las
memorias de lo ocurrido antes, durante y después de un proyecto, como son, el
por qué se decidió o se ejecutaron ciertas acciones, por qué se autorizó cierto
presupuesto, etc.
La
idea general que se tiene en las organizaciones para no hacerlo (para no documentar un proyecto o guardar registro de
ciertas situaciones) es el pretexto de “no tener tiempo”, sin embargo, a la
larga siempre hay un lamento por no haberlo hecho. Creo que se puede llegar a
un punto medio en el que se documente lo necesario para que no se tome como pérdida
de tiempo pero lo indispensable para aprovechar ese conocimiento y la
organización pueda moverse de forma mas ágil.